martes, 15 de marzo de 2011

Paradoja


“Cuánto tiempo… - Es verdad, ha pasado mucho desde la última vez. ¿Qué te trae por aquí? - No lo sé… esto es extraño. Sólo… me dejé guiar. - ¿Y crees que ha sido lo más apropiado? Es decir, date cuenta de donde estás. - Mi cabeza es un limbo, y esa melodía, el guía. Sé que esto puede terminar mal, porque sé que dejarme llevar por mis sentidos es un engaño, pero a la vez confió en ellos… es una paradoja. - Creo que debes de dejar de frecuentarme ya que, si se me antoja… (-) puedo despojarte de todo. - No lo harías; sé que no. - ¿Qué te hace pensar eso? Probaré que lo que digo es cierto. - No lo har… no lo har… ¡DETENTE! ¿QUÉ GANAS CON ESTO? ¡BASTA! - Jajajaja. Aún no has visto nada. Tú decidiste cuestionar mis actos, ahora, paga las consecuencias. - pu… puede que comiences a desaparecer esto poco a poco, pero sé que realmente es una ilusión. No serías capaz de… ¡ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh! NO TE LO LLEVARÀS, ¿ENTIENDES? NO LO… AHHHHHHHHHHHHHHHHHH - Haré lo que me plazca contigo, ya que, eres de mi pertenencia… recurres a mi cada vez que necesitas tomar una decisión, un descanso, una idea abstracta como la que escribes ahora… acéptalo, yo soy quien tiene la ultima palabra - No. Eso no es verdad. Intentas infundirme miedo y no lo lograrás así… ¡MIERDAAAAAAAAAA! - ¿Te duele, no es cierto? - ME QUEMA… - ¿Sigues pensando que esto es una ilusión? Jajaja Idiota. No deberías haber venido. Y por esa imprudencia, esta será tu tumba. - te… equi… vocas… está… será la tumba… de los DOS. - ¿Qué? ¿Qué has dicho? ¿QUÉ MIERDA ESTAS DICIEN…” (…)

Y, después de lo que pareció una eternidad, el sonido seco y fugaz de la bala disparada por la mágnum calibre 40, se hizo oír en toda la habitación, para así silenciar la voz de de la demencia y este relato.

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