miércoles, 21 de julio de 2010

Luna





El cielo cobra un color óleo que oscila entre el celeste y el gris con algunas pinceladas de un tono amarillento con anaranjado. Por su lado, los árboles crujen anunciando que el día de hoy es distinto al de siempre y el pasto, aún húmedo, baila de un lado para el otro al ritmo del viento.
La cabaña sumergida en el medio de la nada, rechina saludando a su inquilina y esta le devuelve el saludo diciendo: “Sin duda alguna, hoy es un día especial. ¡En verdad!
Es difícil determinar la fecha y estación del año en la que nos encontramos, ya que cada vez que vengo a este lugar, el tiempo decide tomarse unas vacaciones.” - Tic… tic… tic… tic tic… tic tic tic… tic tic tic tic tic… - “El cielo llora y no es por tristeza. Está anunciándome que es hora de salir.”
Una figura emerge por la puerta de entrada de la vieja cabaña y emprende un recorrido a través de los árboles. Las gotas golpean su rostro de forma violenta y el viento acaricia sus mejillas mientras que la figura comienza a destellar una luz interna.
Sigue caminando y se percata de algo peculiar; los árboles no crujen. - “¿Por qué no lo hacen? Siempre están crujiendo… algo anda mal” - Y de la misma forma espontánea con la que se dio cuenta de este detalle, los árboles comenzaron a mover sus largas raíces contra ella. La lluvia caía más fuerte de lo que hubiese caído alguna vez y el miedo se apodero de la muchacha. Su brillo se opacaba. - “¿Qué está pasando? ¡Se supone que esto no debería ser así! ¡Se supone que hoy seria un día distinto! ¡Se supone que aparecerías!” - Y dicho esto, una luz tenue al principio pero muy brillante luego, hizo su aparición proveniente del inmenso cielo. Una luz blanca que iluminaba todo el lugar y que emanaba paz por doquier. - “¡Lo sabia! ¡Sabia que vendrías! Tanto tiempo estuviste desaparecida, no solo de este lugar, si no de mi vida y hoy por fin has venido a recogerme.” - Los árboles habían regresado a su normalidad y luciérnagas hacían su aparición revoloteando alrededor del arco iris que acaba de formarse. - “Estoy lista… estoy lista para irme.” - La luz que emanaba de la muchacha brillo más y esta se elevo por los aires hasta que desapareció. Finalmente la luna había recuperado su parte faltante y volvía para iluminar la vida del mundo. Para iluminar mi vida.

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